Buscar este blog

martes, 24 de febrero de 2015

Cartas sin nombre

Querido mío:

Las últimas semanas he pensado en ti y en lo que solíamos hacer cuando estábamos juntos. Algunas noches camino de regreso a casa y observo las estrellas, inevitablemente abrumas mi memoria.

Recuerdo cuando me explicabas de la vía láctea y la Osa Mayor. En aquellos tiempos, no entendía tus ideas sobre el universo, aunque me encantaba tomar tu mano mientras lo hacías.

Han pasado algunos años desde aquel enero, y hoy me doy cuenta que aún me gusta hablar de nuestro pasado. De lo bueno y lo malo. De lo que aprendí junto a tu extraña manera de vivir. Desde entonces y quizá desde tu infancia tus costumbres ya eran raras. Eras muy diferente a mí.

Sabes, a veces me asustaba cuando decías que si morías querías que fuera a dejar tus cenizas al lugar donde naciste. Honestamente nunca me visualicé así. En ese momento lo único que venía a mi mente era que me faltaba mucho por vivir y mundos por conocer. Así que no contemplaba la idea de permanecer juntos hasta la vejez.
 
Querido, a pesar de que no pensaba  en una vida a tu lado, tampoco la imaginaba sin ti. Y ahora aquí estoy, preguntándome y al mismo tiempo evadiendo las respuestas. 

Sí aquí estoy, algunos días extrañando tus rarezas. Otras noches, recordándote bajo las estrellas de la gran ciudad.

L.C.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario